domingo, 14 de abril de 2013

"Si por allá llueve, por acá no escampa"

Sikuanis de la Campana - Comunidad, territorio y petróleo

Un país que se resquebraja en nombre del progreso y una población que continúa en exterminio. Si la zona norte, la de los andes y la del pacífico son el foco de exploraciones y extracciones de minerales (carbón, oro, plata, platino, molibdeno, niquel, zinc, calizas, arenas, arcillas, etc), la zona de la orinoquía y del amazonas son el foco de exploraciones y extracciones de hidrocarburos (petróleo y gas). Hasta el aire, oxigeno y carbono , emitidos como bonos, conforman el paquete comercial de las riquezas naturales de Colombia.

La historia de invasión y de atropellos a las comunidades indígenas no para, así lo describía Gonzalo Arango en 1970, con ocasión de la masacre de Planas: "Despojados de sus tierras por el invasor blanco, éste impone las reglas de juego de su dominación: persecución, intimidación, salarios de hambre, exterminio físico.  La violencia del colono es legítima si se ejerce en nombre del progreso.  La autoridad es indiferente y hasta cómplice de la "moral" del opresor, en tanto no afecte públicamente su reputación cristiana y democrática", hoy a más de cuarenta años, es una descripción que no pierde vigencia.

Para la muestra, la comunidad de la Parcialidad indígena de la Campana solicita que se visibilice su situación: 



La parcialidad de Campana se ubica en el departamento del Meta, en el municipio de Puerto Gaitán, a orillas del Río Planas y vecinos del Resguardo Awaliba. Allí viven 5 comunidades: Campana Central, Campo Alegre, Cerro Venado, Majalil y Misael; habitan esta parcialidad un aproximado de 122 de personas, repartidos en 24 familias.  
En la actualidad, año 2013, esta parcialidad adelanta el proceso de constitución como resguardo ante los organismos gubernamentales, afronta un problema de titulación de tierras, ya que estas les fueron despojadas y  ocupadas por colonos y por empresas multinacionales. Es Pacific Rubiales, quién hoy, se encuentra en la mitad de su territorio, trabajando noche y día en la exploración de petróleo, carrotanques atraviesan la sabana sikuani, las 24 horas del día. 

La empresa petrolera viene adelantando exploraciones en esta región sin realizar una consulta previa adecuada, brindan unas ayudas puntuales a la comunidad, lo que corresponde a responsabilidad social, pero estas ayudas no responden a las necesidades integrales de la comunidad, ni al perjuicio que estas actividades generan directamente al territorio, tampoco llega la retribución a la comunidad que corresponde a las regalías generadas de esta actividad, cabe resaltar que en esta zona no se cuenta con los servicios públicos básicos, no hay acueducto, ni energía eléctrica.  En cambio la petrolera se pasea como Pedro por su casa, llega hasta la casa de los sikuanis y se da el lujo de pedir explicaciones al visitante, ¿quién te dió permiso de entrar aquí? dicen, la pregunta debía ser para ellos. 

El documental que aquí presentamos, se realizó como encargo de la comunidad tras el acompañamiento a un taller sobre derechos de los pueblos indígenas, que se realizó en la comunidad.  En el proceso de realización de este consideramos necesario contextualizar un poco la historia del exterminio que han vivido los sikuanis, nada mejor para refrescar la memoria, que los testimonios de quienes vivieron la historia y de quienes tuvieron la valentía de contarla a través de las imágenes cinematográficas.  Es precisamente "Planas: testimonios de un etnocidio" (1971), esta magnifica obra con la que Marta Rodríguez y Jorge Silva, revelan al mundo lo que sucede en los Llanos orientales con los guahibos, la que nos permite recordar lo que se vivió en aquellos años.

La comunidad de la Parcialidad sikuani de la Campana aboga por una vida digna en su territorio y solicita a las entidades gubernamentales y a las diferentes organizaciones de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, el acompañamiento a su proceso, ya que se enfrentan a diferentes amenazas dentro de su territorio. 

Ayúdanos a difundir!!!



Un poco de historia...

Una cadena de masacres en el siglo XX en la Orinoquía colombiana, sobre el pueblo guahibo  (matanza del Río Guanapalo, matanza de Iguanitos, matanzas y desplazamientos en el río Manacacías, matanza de cuibas - guahibos en la Rubiera, masacre de Planas y las famosas "guahibadas") son evidencia de su constante intento de exterminio e invasión y apropiación sobre sus territorios. 

A continuación compartimos fragmentos de diferentes documentos:

Masacre de Sikuani-Guahibos en la región de Planas. Iniciada por el ejército nacional de Colombia el 15 de febrero de 1970. los actos de tortura y asesinatos, se prolongaron por más de seis meses contra diferentes parcialidades de Sikuani, en especial las del río Planas que crearon una cooperativa para la comercialización de arroz. Paso a la historia, porque gracias a la acción de diversos sacerdotes, la noticia salto a la prensa, e incluso dos indígenas declararon en el congreso. Un sacerdote escribió dos libros al respecto: Planas, las contradicciones del capitalismo” y “Planas un año después” por estas denuncias, fue asesinado. Nunca, nadie fue inculpado por la matanza.  
(De: Situación territorial delos guahibo de la Orinoquía Colombiana)


Pero la forma en que el indígena percibía la tierra era muy diferente a la del colono, quien consideraba al indio como unanimal dañino que había que exterminar. Los colonos decían que los indígenas eran tramposos, mentirosos, y lo comparaban con el tigre, considerando al indio más peligroso, pues según ellos el ganado aun no tenia forma de defenderse del ataque del indio, en cambio del tigre sí lo hacía formando círculos, dejando a los becerros en el centro, luego las vacas y finalmente los toros padres, para que estos últimos enfrentaran al tigre. Ante esto los blancos, o "racionales" como los llamaban los indígenas, organizaron cacerías humanas conocidas como "guahibadas", que consistían en reunir a un grupo de colonos vecinos y salir a cazar indígenas. Dicha cacería no terminaba hasta que no daban muerte a hombres, mujeres y niños. Según Horacio Atuesta Ángulo, quien publicara un articulo sobre el tema en el diario El Tiempo, titulado "Cacería del hombre por el hombre", él fue invitado por los colonos a una de estas cacerías de indios y cuando trató de disuadirlos de tal fin, la respuesta que recibió fue que eso era algo tan normal como matar tigres, 'porque el tigre también se come el ganado"'
(De: Colombia Nunca Más, crímenes de lesa humanidad. Cap 1. Violencia contra los indígenas. Caso Planas)

En las tierras ocupadas por los guahibos existían otros intereses económicos, pues allí habían propuestas de concesión para la explotación pe- trolera, que contemplaban las tierras adyacentes a los ríos Planas y Guarrojo, en el municipio de Puerto Gaitán; las cuales se tramitaban en el Ministerio de Minas y Petróleos. En carta del jefe de ese Ministerio, Dr. Francisco Vaquero Rodríguez, fechada el 3 de septiembre de 1970 y publicada en los Anales del Congreso, se enumeraban 10 propuestas de concesiones petroleras por parte de las multinacionales Colombian Cities Service Petroleum Corporationy la Texas Petroleum Company, las cuales se encontraban en estudio de la oficina jurídica de petróleos.
(De: Colombia Nunca Más, crímenes de lesa humanidad. Cap 1. Violencia contra los indígenas. Caso Planas)


Algunos enlaces sobres Pacific Rubiales en el territorio de los llanos orientales